La primera taza acaricia mi garganta y mis secos labios.

La segunda rompe los muros de mi solitaria tristeza.

La tercera busca los secos arroyos de mi alma para encontrar los cuentos de los cinco mil rollos.

Con la cuarta, el dolor de las injusticias pasadas desaparece a través de mis poros.

La quinta purifica mi carne y mis huesos.

Con la sexta entro en contacto con los inmortales.

La séptima me proporciona un placer tal, que casi es insoportable.

El viento fresco sopla a través de mis alas, mientras me encamino hacia Penglai*.

Lu Tong

Los escritores ingleses adictos al té, como Lord Byron o Motley, lo solían tomar con leche; los franceses, como Víctor Hugo o Balzac, lo tomaban mezclado con coñac; mientras que los hombres de letras alemanes lo preferían tomar con ron.

Si se tienen los ojos cansados, aplicar una bolsita fría de té durante unos minutos. El té aliviará el cansancio.

Mientras lees estas líneas, se están consumiendo más de siete millones de tazas de té, sólo en la ciudad de Londres.

*Penglai, situado en las costas de la provincia china de Shandog, era la morada tradicional de los inmortales.

El libro del té


fuente: blog de javier torres

Yo estoy disfrutando de un Jardin de Frutas (Té verde)